AL MAESTRO IGNORADO
Fecha Thursday, 24 June a las 07:46:12
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Espero que os agrade

¡Cuántas veces has pasado a nuestro lado y no te vimos! ¡Cuántas veces nos hablaste al oído y no te entendimos! ¡Cuántas veces nos saludaste con una sonrisa y no lo apreciamos! ¿Estabas quizás en ese niño que nos miró a los ojos implorando comprensión?... sí, tal vez.... Y en esa ancianita que camina encorvada por las calles de la gran ciudad...¿no estarás tu dentro de ella?... No se registrará nunca tu nombre humano... si es que lo tienes... Eres uno en el montón de "unos". No figurarás en ningún santoral, no estarás registrado en la memoria histórica, ni tampoco en el recuerdo colectivo. Ese es tu sino por ti querido y aceptado. El de ser siempre un servidor anónimo del mundo, un servidor consciente del Cristo, un obrero de Su alianza. A veces, muchas veces, cargas con el baldón y con la ignominia. ¡Hay veces que tu mueres para que otros vivan! Nadie jamás lo sabrá, ninguno conocerá de tu silente presencia. Pasas al lado nuestro irreprochable o en harapos. No te reconocemos. Sirves al mundo con tu presencia y con tu pensamiento luminoso que se expande en el mundo invisible a ojos humanos. Nadie lo registrará. Y así sigues cumpliendo siempre tu misión. Como tantas veces nos dicen las páginas sublimes de "Arpas Eternas": "pasó por allí un terapeuta esenio"... sin que sepamos su nombre. Y ese joven lleno de riquezas materiales que se llegó a Jesús el Cristo para hacerle la pregunta más grande que un ser humano puede formular: "Maestro bueno, ¿cómo haré para tener la vida eterna?"... No nos informa Mateo en su relato evangélico quién fuera ese hombre, pero él estuvo en el instante justo y preciso para que el Maestro nos legara su inmortal enseñanza: "Si cumples los Diez Mandatos de la Ley, tendrás la vida eterna"; el joven le responde diciendo que él ha guardado esos Mandamientos desde su primera juventud. Entonces le dice Jesús:" Te falta solamente una cosa para ser perfecto. Vende todos tus bienes y dáselos a los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo, y luego ven y sígueme". El hombre queda azorado y no lo sigue a Jesús. Es entonces cuando el Maestro exclama:"¡Cuán difícil le es a un rico entrar al Reino de Dios! Le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar al Reino de los Cielos!"... Ese ser pasó en ese instante - que tal vez ya estaba en el diseño Divino antes de los tiempos- y su presencia y su grandiosa pregunta sirvieron al Verbo de Dios para dar a la humanidad esa imperecedera enseñanza... no conocemos el nombre de ese ser... Así es el servidor anónimo. ¡Cuántos ángeles de Dios pasan por la vida con formas humanas a las que no percibimos ni les damos importancia alguna! Por este y por otros motivos, el Gran Maestro Nazareno siempre repetía: "Velad y orad, porque ninguno conoce el momento en que se hace presente el Hijo del Hombre". Estas frases del Maestro dan para escribir muchos libros si queremos extraer de ellas toda su magnificencia. Brindemos una oración de agradecido amor al Maestro Ignorado que trabaja sirviendo al mundo en el mayor silencio. Nadie te ve, salvo el Eterno que te ve siempre y sigue tus pasos. Eres un cirio de perpetua luz irradiando su divina claridad para transmutar las tinieblas en luz. ¡Bendito seas por siempre, dondequiera tu te encuentres sirviendo al Señor! ¡Así Sea!.





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