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Foros de discusión » LA OBRA » SOMOS CÉLULAS DEL MAGNO CUERPO DEL CRISTO
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SOMOS CÉLULAS DEL MAGNO CUERPO DEL CRISTO
MensajePublicado: Sun Dec 12, 2010 8:53 am Responder citando
carlosalejandro
Moderador
Moderador
Registrado: Jun 13, 2004
Mensajes: 199
Ubicación: Argentina




SOMOS CÉLULAS  DEL MAGNO CUERPO DEL CRISTO


En una reunión de  lectores de las Obras canalizadas por la Mensajera de los Cielos, nuestra amada Mamina, después de haber considerado en el transcurso de dicho encuentro,  las nueve encarnaciones mesiánicas del Espíritu-Luz en estos valles terrestres, y la gloriosa culminación de ese EGO o YO SUPERIOR en el Reino de Dios, un hermano presente hizo una sabia pregunta consistente en esta honda reflexión: ?¿Deberemos hacer el mismo camino que nuestro Mesías Instructor realizó en ciclos de su desarrollo, para llegar a similar glorioso destino espiritual de una manera idéntica a la que hizo Él???.


Dificilísima la incisiva pregunta, y desde ya, sumamente ardua la respuesta. Vamos a intentarla, advirtiendo que la misma surge de un pensamiento humano, falible siempre, y, que asimismo, dicho pensamiento seguramente va a coexistir con muchos otros que den a la contestación  innumerables matices que, sin duda, van a enriquecerla en sumo grado.


Consideremos ante todo, que estamos tratando  un tema abstracto, elevadísimo, que no tiene connotaciones con el humano sentir y pensar dentro del estrecho círculo en el cuál vivimos y nos movemos en la vida terrenal. De manera, que sea nuestro primer cuidado el rogar el auxilio de las Inteligencias de los planos superiores de Conciencia para que iluminen nuestras mentes, inundándolas de divinas luces. Asimismo, hacer una profunda introspección buscando por la meditación, el contacto con la partícula Divina que mora en nuestros mundos internos, emanada del Ego o Yo Superior cuando diera impulso a Su prototipo o Semejanza, siendo Él la Imagen, tal como nos ilustran las sublimes enseñanzas de las Obras en ?Arpas Eternas? y ?Moisés, el vidente del Sinaí? al relatar la vida excelsa del gran Maestro Antulio. (Capítulo: ?El Hierofante Isesi de Säis?).


Así nos encontramos con pasajes de las Obras, donde sus prístinas luces nos dan como reflejos, una idea de gran ayuda para dilucidar esa noble inquietud de Conocimiento formulada por un asiduo lector de las enseñanzas que nos brindan los libros que son la base única e indestructible de Fraternidad Cristiana Universal.


Vemos en la lectura de una lección emanada de nuestro Hermano Mayor, Filón de Alejandría, titulada ?¡Ay del que está solo!?, de ?Llave de Oro ? Siete Portales? los siguientes conceptos que reproducimos en forma textual:


?El Maestro es el amigo eterno, el eterno compañero de vuestras vidas. El que os sacó de la nada, se puede decir, de moléculas perdidas en los montes, en las arenas del desierto, entre las olas del mar, o de los fangales de la ciénaga. Os sacó de moléculas y os hizo y os elevó a la altura que ahora tenéis, de Hijos de Dios y seguidores de sus pasos sobre la Tierra.?


Sopesando cuidadosamente estas palabras dictadas por ese gran Iniciado en la Ciencia de Dios y de las Almas que es Filón de Alejandría, entrevemos en las esencias de esos conceptos, un arcano sublime: el Yo Superior del Divino Maestro, para construir su Cuerpo, fue tomando moléculas de los reinos de la Naturaleza, a fin de dotarlas de Conciencia para que fueran partícipes del mismo. Somos células del Cuerpo del Cristo, y por esa razón, participamos de Su Gloria. Él hizo el camino, y se refundió con la Luz Energía Increada, formando con Ella un mismo Espíritu, una misma Alma, un solo Corazón.


Siguiendo este razonamiento, nuestros caminos como seres-células del Cristo, se han cumplido por medio de Él., que dijo en su personalidad de Yhasua de Nazareth:  ?¡Cuando Yo sea levantado en  alto, todos los corazones amantes se precipitarán hacia mi!  (?Arpas Eternas ? ?En el Huerto de las Palmas?).


Ahora bien. Esas moléculas  mencionadas por nuestro amigo y consejero Filón de Alejandría, ¿fueron acaso tomadas al azar  para ser elevadas a la vida consciente? O bien fueran ellas emanaciones del Maestro a través de su vivir por largas edades y ciclos durante las etapas cumplidas en su desarrollo evolutivo. Muchas moléculas, así desprendidas en esas edades trascurridas encarnado como la Semejanza  del YO de ese sublime Espíritu, quedarían esparcidas en las aguas, otras en la tierra, en el aire o en el fuego, que es luz.


Quizás, las más desarrolladas en vibraciones de Conciencia, fueron moléculas del Éter, esa sustancia imponderable, la Quinta Esencia de los preclaros Iniciados de la antigüedad. A su debida hora, en la infinitud del ?espacio-tiempo?, el Ego o Yo Supremo del Espíritu-luz, recogió esas simientes moleculares, para elevarlas a la vida consciente, que es en definitiva aquello que expresa con su acento de Iluminado, el querido Filón de Alejandría.


Tomemos un pequeño fragmento de la grandiosa obra póstuma que Hilarión de Monte Nebo nos trasmitiera por medio del instrumento humano elegido por la Ley Divina, nuestra amada Mamina, es decir: ?Moisés, el Vidente del Sinaí?, capítulo ?Los Hierofantes de Menfis?y dice así:


?El alto clero egipcio formado tan sólo por veintiún Hierofantes*, comprendía bien todo el mal que arrastraba a la humanidad a un abismo, tal como había ocurrido siglos antes en las viejas civilizaciones: Lemuriana, Atlántica y Sumeriana.?


?Se habían desposado con la Verdad y permanecían fieles a ella en el secreto de su corazón y en el silencio de las criptas, porque se sabían impotentes para contener la tremenda marejada de decadencia moral y espiritual que iba hundiendo a la humanidad.?


*(Nótese que el número 21 resulta ser 3 veces 7)


?Los clarividentes habían percibido en sus meditaciones la íntima voz de un compañero y aliado que había traspasado el umbral de la vida física y les llegaba clara y nítida desde la orilla lejana?..?


?¡Pthamer, hermano mío!...decía esa voz ? Soy Neferkeré, el último descendiente del Faraón que tanto amaste. Estoy libre en la inmensidad infinita del Ungido, y te acompaño desde aquí en la eterna fidelidad a la Suprema Verdad que él quiso enseñar a los hombres, pero ellos no lo quisieron.?


De las palabras antedichas del espíritu de Neferkeré, o sea: ?estoy libre en la inmensidad infinita del Ungido?? vemos con meridiana claridad que habla del Magno Cuerpo del Ungido, que es el Cristo, abarcando ese Cuerpo no sólo el condensado en la materia, sino los distintos estados dimensionales y vibratorios: Cuerpo Álmico o Mental Superior, Cuerpo Astral o Etérico (intermediario) con el de materia densa. Y lo expresa como de infinita inmensidad...


Unos párrafos del capítulo ?En el lago Merik? de ?Moisés, el Vidente del Sinaí?, creo que nos dan más ilustración sobre el tema que tratamos de dilucidar dentro de nuestras ínfimas capacidades. Es cuando el anciano y sabio Hierofante Amonthep, explica a la Princesa Real de Egipto, Av-Isis-Thimetis, una visión radiante que ella había tenido inundándola de felicidad. Reproducimos unos fragmentos de esa plática. Dice el Hierofante: ?Debes saber que en el mundo espiritual no existe el sexo como en los organismos físicos de los mundos carnales?.


?Allí ni son hombres ni mujeres, sino Inteligencias. Almas sin cuerpo físico. Si te dijo (se refiere a la visión de Thimetis): ?Soy la madre eterna de todas las madres de los misioneros de la Verdad que vienen a este mundo?, es por esta razón: Todos los Mesías que rigen y gobiernan éste y los demás sistemas planetarios visibles desde la Tierra, fueron sacados de su primitivo estado de ?algas marinas con vida y alma conjunta?, por el que ellos llaman gran Padre Sirio. Y desde ese primitivo estado les ha seguido en su evolución ascendente durante largas edades, calpas, ciclos, siglos y años, hasta hacerles llegar con su propio esfuerzo a las esferas de luz de donde ya no se desciende a la carne nunca jamás.  Son Mesías portadores de la Eterna Ley a los mundos que les son encomendados. Y ese gran Padre Sirio que ellos llaman, no es un hombre. No tiene cuerpo físico. Es sólo una Inteligencia radiante más que un sol, y lo mismo puede llamarse padre que madre porque una y otra denominación tienen el mismo significado: engendrar, crear, dar vida. A ti, que serás madre de un Enviado Divino, te aparece como una Madre Eterna para protegerte, para inundarte de amor, de todo el amor, la comprensión y la luz que has de necesitar para cumplir tu gloriosa maternidad.?


?¿Has comprendido, hija mía, el sublime misterio encerrado en tu misión?????.


Hasta aquí llegamos en esta reproducción del texto antedicho. Dejemos a nuestro  Íntimo que procese la magnificencia de las enseñanzas magistrales de este pasaje de ?Moisés, el Vidente del Sinaí?, obra póstuma de la luminosa Tetralogía que trascribiera al papel, nuestra amada Mamina, a quién me inclino a llamarla: la Vidente de Neghadá.


¡Oh! Tú, Alejandría, ciudad ilustre construida sobre la inmortal Neghadá de los sabios Iniciados Kobdas. ¿Acaso no has vuelto a revivir en las Nuevas Escrituras que son el acervo de Fraternidad Cristiana Universal? ¿Acaso no sentimos que exhalta nuestro ser y reboza el corazón conmovido por la Presencia Intangible del Cristo surgiendo radiante de estas Escrituras, dictadas para alumbrar el camino humano en la Nueva Edad que está naciendo ahora mismo?


Por eso, pienso que vivimos como células dotadas de Conciencia,  dentro del Magno Cuerpo del Cristo que, según Él mismo nos explica en ?Llave de Oro ? Siete Portales? (?La Última Alianza?), abarca doscientos mundos similares al planeta Tierra. Los Setenta Mesías eternamente unificados en una misma excelsa Luz,  son el Cristo.


(Ver en ?Arpas Eternas? el capítulo titulado ?En el Monte Hor?)


Repetidos estos grandiosos procesos innumerables veces, tendremos un pálido reflejo del Orden Cósmico que la Eterna Presencia ha instituido, desde siempre, para siempre.


Mi más efusivo abrazo fraternal para todos los hermanos que tratamos con ?buena voluntad?, seguir perseverantes las huellas de Aquél que es la Luz de las almas.


PAZ  ESPERANZA  AMOR


 

Carlos Alejandro.
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