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- Pensando en la sombra que fui y viendo, que las sombras que todavía se mueven en ese entorno aún recuerdan mi estancia entre ellas, cuando ya soy ido, se torna en desnudez lo que antes creía vestido… Aquellas arrogantes apariencias que hasta yo mismo llegué a creer y sin embargo ahora, desposeído de todo aquello que los velos envuelven, observo con pasividad indolente las realidades que se plasman en las conjeturas de quienes me conocieron, me acompañaron y compartieron mis ensueños, cada cual alumbra un pensamiento de lo que cree tener por cierto de lo que fui ¡pobres ilusos…! Ni yo en estos momentos, llego a comprender lo que interpreté del personaje con el que la vida me revistió.
- Fui una hoja al viento que voló formando piruetas en el aire y en él, se diluían automáticamente las formas, tan rápidamente como las formaba de nuevo con sus evoluciones erráticas al tiempo que trataba de encontrar un sentido a todos aquellos vaivenes incesantes, que tanto la lanzaba en una dirección como en otra.
- No deja de sorprenderme la presunción con la que viví encastrado en mis argumentos construidos a modo de escudo, en los que me refugiaba para preservar lo que creía ser.
- Ahora sigo sin comprender la mayoría de las cosas que creía saber y voy descubriendo en mi actual comprensión de en mi silencio y quietud, me comprendo y defino como serenidad sin frustración ni ansia, solo soy una paz que se siente a sí misma, aunque carezca de forma.
- A veces, me parece que dejé de ser la hoja seca que volaba en aras del aire para convertirme en aquellas formas etéreas que dibuja en lo intangible con su lenguaje de signos infinitos, que acaparan todo lo grande y lo bello que pueda buscar un alma esperanzada.
- El palco desde donde a veces me es permitido ver, no es un lugar, sino un estado en el que siguen estando las brumas acogedoras que, de tanto en tanto se abren y separan para dejar un pequeño espacio por el que se vislumbran grandes cosas y veo, que cuando pensáis o habláis de mí, no es otra cosa más que pura divagación o conjeturas, pues yo mismo no fui capaz de comprenderme y actuar en la profunda grandeza de lo que soy y solo actué, como una sombra más que en unión a vosotros, creaba mis propios argumentos a medida de mi propio desconocimiento del mismo modo que ahora os veo hacer.
- Es por eso amigos míos, que cuando habléis de mí o penséis en lo que fui, no creáis nada, pues no estaréis aclarando nada sobre mí, sino definiéndoos a vosotros mismos, vuestras dudas y vuestras propias circunvoluciones en el aire, que como a hojas errantes os conducen.
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